Nuestra Historia

La Comunidad Católica Pro-Vida fue creada por el Obispo Charles Grahmann bajo el liderazgo de la Directora Ejecutiva Emérita Karen Garnett en febrero de 1993 y ha continuado bajo el liderazgo del Obispo Edward Burns y la Directora Ejecutiva actual Geralyn Kaminsky. Lo que empezó como un grupo chico de voluntarios ha crecido con nueve ministerios , más de 35 empleados de medio tiempo y tiempo completo y cientos de voluntarios que sirven a miles de residentes en el norte de Texas. CPLC ha sido reconocida como la organización pro-vida más grande y eficaz en el mundo y una organización ejemplar para la nación.

Bajo el Plan Pastoral para Actividades Pro-Vida de la Conferencia de los Obispos de los Estados Unidos (USCCB), la Comunidad Católica Pro-Vida cubre una multitud de funciones pro-vida, por ejemplo:

 

​Otra función incluye educando y apoyando a madres jóvenes quienes están embarazadas y necesitadas de ayuda. CPLC inició el primer ministerio pro-vida en español. La Comunidad Católica Pro-Vida fue el primer ministerio de Respeto a la Vida en emplear y entrenar consejeros de acera.

Desde 1990, el número de instalaciones de abortos en Dallas ha disminuido de trece a dos. Más de 10,000 madres han escogido la vida para sus bebés desde 1997 hasta la fecha. La Comunidad Católica Pro-Vida tiene un programa para interinos y ha entrenado a más de 700 estudiantes universitarios de Franciscan University, Notre Dame, y Benedictine College.

 

la IGlesia católica es pro-vida

"La vida humana es sagrada e inviolable en cada momento de su existencia, también en el inicial que precede al nacimiento. El hombre, desde el seno materno, pertenece a Dios que lo escruta y conoce todo, que lo forma y lo plasma con sus manos, que lo ve mientras es todavía un pequeño embrión informe y que en él entrevé el adulto de mañana, cuyos días están contados y cuya vocación está ya escrita en el libro de la vida. Incluso cuando está todavía en el seno materno - como testimonian numerosos textos bíblicos el hombre - es término personalísimo de la amorosa y paterna providencia divina."

— Evangelium Vitae, n. 61